Cuidar su cuerpo desde una edad temprana es importante para envejecer bien, pero muchos de nosotros no. A fuerza de estar demasiado ocupado, por negligencia y falta de mantenimiento, el sistema se agota, lo que puede causar ciertas discapacidades y reducir la movilidad en la vejez. Además, hay periodos de la vida como el parto o la convalecencia, que más que nunca requieren una atención especial al bienestar y la salud. ¿Cómo recuperar la forma y mantenerla durante los próximos años? He aquí algunas respuestas.
En determinados momentos del día, ¿se siente muy cansado? Es un estado normal que se produce cuando existe un desequilibrio entre el esfuerzo aportado y la energía aportada. Sin embargo, este estado no debe prolongarse.
En primer lugar, es importante conocer las causas de esta pérdida de energía. Sepa que la fatiga puede ser física, nerviosa o intelectual. Las razones también varían según el individuo. Puede estar relacionado con la edad, la falta de descanso y sueño o la mala alimentación. A veces, detrás de la fatiga también se puede esconder una enfermedad. Al continuar sobrecargando los sentidos y los músculos, las consecuencias pueden ser perjudiciales:
Difícil escapar del trabajo y las obligaciones, pero hay que saber cuidarse para que el cansancio no se convierta en un obstáculo para el buen funcionamiento del organismo. Para recuperarse, estos son los buenos hábitos que debe adoptar.
El ejercicio regular ayuda a desarrollar la capacidad física, lo hace más dinámico, aumenta la resistencia a la fatiga y al estrés. Trate de hacer ejercicio levemente, como caminar durante al menos 30 minutos al día.
Una buena alimentación es fundamental para recuperar la forma. Coma ligero para facilitar la digestión. Favorece las frutas y verduras ricas en vitaminas y minerales, especialmente vitamina C, así como alimentos ricos en proteínas.
El sueño y las siestas le permiten relajarse. Incluso puedes quemar calorías mientras duermes. Acuéstese más temprano y en horarios regulares. Tómate un descanso durante el día para recargar pilas.
Aparte de la producción de vitamina D, los rayos del sol son reguladores naturales del ciclo de vigilia y sueño del cuerpo, por lo que es mejor que lo aproveches.
Tenga en cuenta que alrededor de los 30, el metabolismo se ralentiza y el cuerpo pierde el 1% de la masa muscular por año. A partir de esta edad, la cantidad de calorías que necesita el cuerpo disminuye. Entonces, al mantener los mismos hábitos alimenticios, la grasa se acumula en el cuerpo. En las mujeres posmenopáusicas, el déficit hormonal también promueve la acumulación de grasa alrededor del vientre y los muslos.
Es por eso que mantenerse en forma o volver a estar en forma después de 50 años requiere más esfuerzo, especialmente porque la energía no es la misma que hace 30 años. Aunque el aumento de peso es inevitable, ¡no se asuste! A los 50 años, no es demasiado tarde para estar en buena forma.
Estar en buena forma es posible a cualquier edad. La práctica de una actividad física regular es beneficiosa tanto para los mayores como para los jóvenes. Después de los 50 años, es necesario practicar deporte con suavidad para evitar el deterioro de la salud y el físico, a razón de 30 minutos al día y 3 veces a la semana. Favorezca los ejercicios cardiovasculares que le permitan trabajar su respiración, como montar en bicicleta o nadar. Para motivar más, se recomienda practicar una actividad que brinde placer y que se pueda compartir con los seres queridos como es caminar. Estos son los beneficios para la salud notables:
Dormir bien es importante para su salud y sentirse bien. Después de 50 años, es difícil conseguir un sueño de calidad: un tercio de las personas mayores depende de las pastillas para dormir. Para conciliar el sueño, es mejor regularlo de forma natural que recurrir al tratamiento farmacológico. La solución es una buena calidad de vida que combina deporte, relajación y una vida social satisfactoria. Esta combinación te hace sentir bien, estimula el metabolismo y ayuda contra el aumento de peso.
Como habrás comprendido, ante estos cambios, es fundamental revisar tu dieta y reajustarla cuando tengas más de 50 años. Para ello, es necesario privilegiar los alimentos con baja densidad energética, bajos en calorías, pero saciantes. En este sentido, coma más de:
Las vitaminas no aportan energía, pero desempeñan un papel clave en el mantenimiento de la forma en las personas mayores. 5 vitaminas son fundamentales para el envejecimiento:
Después del embarazo y el parto, el cuerpo de la madre enfrenta muchos cambios, sin mencionar los trastornos hormonales, la fatiga posparto, la interrupción del sueño para cuidar al bebé y la energía gastada en la lactancia. Esta fatiga, tanto física como psicológica, se puede resolver en unos pocos puntos.
Para una mujer que acaba de dar a luz, la recuperación de la forma fisiológica se realiza hasta el regreso del parto, aproximadamente a las 6 semanas. Para recuperarse física y emocionalmente, el proceso lleva más tiempo. Todo comienza con la rehabilitación perineal seguida de actividades físicas suaves. Todas las mujeres deben someterse a la rehabilitación del perineo para que recupere su flexibilidad. El objetivo es evitar los problemas de incontinencia, prolapso y reanudación de la actividad sexual. En cuanto a los deportes, comenzamos con la caminata, luego progresamos gradualmente con el fortalecimiento de la musculatura abdominal y el cardio para recuperar la forma.
La astenia o síndrome de fatiga crónica es un estado de agotamiento profundo secundario al esfuerzo. Es diferente de la fatiga normal porque no se puede aliviar con el descanso. Estrictamente hablando, la astenia no es una condición. Sin embargo, cuando se asocia con exceso de trabajo, estado depresivo y diversas patologías como cáncer, trastornos digestivos, enfermedades respiratorias y cardiovasculares o anemia, se vuelve patológico. Existen varios tipos de astenia con variada sintomatología: astenia matutina, astenia crónica, astenia neurótica, astenia muscular, astenia severa …
Solo un médico puede prescribir un tratamiento para el síndrome de fatiga crónica, porque el primer paso es determinar la causa. De hecho, se trata de un tratamiento combinado que debe aliviar la patología en cuestión de la astenia por un lado, y aliviar la astenia en sí por el otro. Se pueden recetar antiasténicos, antidepresivos, antibióticos o suplementos vitamínicos. Por tanto, es imprescindible consultar para el tratamiento adecuado.
Podemos decir que la astenia se debe a una mala higiene de vida. Por tanto, es necesario cambiar la rutina y abandonar los malos hábitos alimenticios. Aquí están las buenas resoluciones para adoptar todos los días cuando las baterías están realmente agotadas.
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