Los ácidos grasos Omega-3 son también muy conocidos bajo el nombre genérico de aceites esenciales. Se consideran esenciales porque el cuerpo humano los necesita para crecer y funcionar normalmente, pero sin embargo, el cuerpo no es capaz de producirlos.
¿Cuáles son los más conocidos?
Los “clásicos” Omega-3 son el ácido linolénico, ácido eicosapentaenoico y ácido docosohexaenoic. Los estudios sobre los beneficios de estos ácidos grasos en nuestro organismo, se están realizando en profundidad desde la década de 1970. En general, estos estudios han aportado datos suficientes para profesionales de la medicina quienes concluyen de que los ácidos grasos Omega-3 pueden ser beneficiosos para la salud del corazón y la prevención de la enfermedad coronaria.
Otros beneficios menos conocidos
Tal vez los estudios más interesantes sobre el Omega-3 son los experimentos sobre sus efectos en los pacientes con el síndrome maníaco depresivo, también llamados individuos bipolares. Los estudios demuestran que estos ácidos pueden proporcionar una función reguladora para quienes producen demasiado o demasiado poco de las sustancias químicas responsables de la regulación del estado de ánimo.
Consideraciones importantes
Investigaciones recientes indican que el tomar demasiada cantidad de los ácidos grasos Omega-3 puede ser un problema para algunos, me refiero a quienes tienen arritmias, pues parecen tener más arritmias como resultado de dosis diarias, especialmente cuando se ingieren cápsulas. Altas dosis pueden causar que el sistema de respuesta inmunitario del cuerpo tienda a ser lento, se equivoque (como si se aturdiera) y puede conducir a un mayor riesgo de infección.
Nunca consumas cápsulas de Omega 3 sin la prescripción y el conocimiento de tu médico; las dosis son tema serio y las cantidades que se consuman también. Mi recomendación, es consumir regularmente alimentos ricos en omega 3, tales como pescados y moluscos; su consumo nunca es un exceso y siempre hablamos de aporte nutricional natural.