El papel fundamental que tiene la dieta anti-inflamatoria y los suplementos que nuestro cuerpo necesita durante este proceso que pueden dañar mucho a nuestro cuerpo.
La inflamación se supone que es un proceso que nos protege cada vez que nuestro cuerpo es agredido por algún agente de tipo agresor como el estrés, un virus, una bacteria, un microbio o de los radicales libres producidos por sustancias químicas del medio ambiente o de los alimentos que consumimos.
Es una reacción del sistema inmunológico como respuesta en defensa para el organismo. Como se identifica una inflamación, la zona inflamada responde con dolor, calor, hinchazón, enrojecimiento.
Sensación de congestionamiento, fiebre son una respuesta a un proceso inflamatorio producido por ejemplo por una infección. Hay ciertos tipos de inflamación dependiente a otras enfermedades como en el caso de los diabéticos o una neuropatía en que no se dan todos los síntomas como el enrojecimiento y el dolor.
El origen o la causa no siempre es posible verla con los marcadores inflamatorios dados en la sangre, a través de los leucocitos u otros marcadores como es en el caso de una infección.
Sobre todo la alimentación es importante en caso de un proceso inflamatorio pues a través de esta se busca fortalecer el sistema inmunológico, Con el desarrollo de la nutrición se ha demostrado que los alimentos tienen sustancias que actúan tanto positivamente como negativamente en nuestra salud.
Los beneficios de una dieta orientada a prevenir la aparición de enfermedades crónicas que cada vez van mas en aumento. El Alzheimer, la enfermedad de Parkinson, algunos tipos de cáncer, la diabetes tipo 2, el síndrome metabólico que aumenta cada vez más en los niños por el sobrepeso excesivo. Todas las alergias son un proceso inflamatorio exagerado.
Cada vez hay mas estudios científicos que demuestran que un 70 % esta relacionado con los hábitos alimenticios inadecuados.
Aunque el ser humano por si mismo produce ácido araquidonico el suministro adicional se realiza en 90% a través de la comida. Si bien el ácido araquidónico tiene una función especifica en nuestro organismo sin embargo la producción exagerada de este produce como consecuencia la formación de sustancias pro inflamatorias.
Alimentos ricos en ácidos araquidonicos son las carnes, las aves, los productos lácteos, y algunos cereales.
Limitar el consumo de carne a dos veces por semana y reemplazarlo por pescado como salmón, atún, arenque, caballa y por menestras (lentejas, fríjoles, garbanzos etc.) o productos de soja como el Tofu
Limitar el consumo de huevo (yema) a dos por semana
Limitar el consumo de productos lácteos y de tomarlos que sean bajo en grasas.
Evitar los hidratos de carbono simples, dulces y azúcar refinada, beber mucho líquido para eliminar las toxinas. Consumir muchos vegetales, frutas, verduras por lo menos 5 raciones al día.
Consumir grasas ricas en omega-3 como el aceite de linaza.
Frutas especificas como la manzana con cascara, las uvas, las fresas, la piña, la papaya contienen muchas enzimas que contribuyen a combatir la inflamación son excelentes.
Dado que se limita el consumo de proteína animal (carnes, huevos, productos lácteos) es necesario aumentar el suministro de proteína vegetal.
Algunas combinaciones de alimentos como la combinación de la patata con Quark o un plato de patatas con lentejas aumentan el suministro de proteínas en el cuerpo.
Es importante considerar que las exigencias alimenticias y el metabolismo de cada persona son diferentes y del mismo modo serán las necesidades individuales. Esto es solamente a tomar como u indicador a seguir, beneficiarse e influir en forma positiva los procesos inflamatorios a través de la comida.
Como objetivo principal esta el evitar el sobrepeso, el realizar suficiente ejercicio, el escoger los alimentos adecuados y suministrar los suplementos vitamínicos y minerales necesarios adicionales para combatir la inflamación
Sobre todo si nos alimentamos mayormente de forma vegetal es importante el suministro de vitamina B12 y de hierro.
Sustancias como el omega -3 y antioxidantes como vitamina E, C y betacaroteno y minerales como zinc y selenio ayudan a combatir la inflamación.
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