Causas y síntomas de un trastorno alimentario

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Síntomas de un Trastorno Alimentario
Síntomas de un Trastorno Alimentario

Síntomas de un Trastorno Alimentario

Comer bien es una necesidad vital para el organismo. Sin embargo, los hábitos alimenticios de una persona pueden verse seriamente comprometidos en caso de trastornos alimentarios. Más conocidos por el acrónimo TA, estos problemas de alimentación son trastornos graves y multifactoriales que generalmente se basan en la disposición psicológica y ambiental de la persona.

Sus consecuencias sobre el estado de salud son numerosas. Sin embargo, como todas las enfermedades, es posible superar las diferentes variaciones de TA. Amplíe las características de esta enfermedad frecuente.

¿Qué es un trastorno de la alimentación?

A diferencia de las enfermedades de origen viral o bacteriano, los trastornos alimentarios se refieren a prácticas alimentarias atípicas, a menudo problemáticas, que pueden resultar graves para la salud. Suele tratarse de un problema psiquiátrico o psicológico que se manifiesta de diferentes formas, tanto en adolescentes como en adultos. En una sociedad donde el culto a la delgadez, el peso y el cuerpo ideal está en su apogeo, los diagnósticos de trastornos alimentarios van en aumento, especialmente en Occidente.

De cualquier manera, el TA se manifiesta como un trastorno alimentario perturbador, que va desde una conducta alimentaria excesivamente restrictiva (anorexia) hasta la ingestión compulsiva de una gran cantidad de alimentos (bulimia). Estos son solo los trastornos más comunes de la larga lista de enfermedades relacionadas con los alimentos.

Causas y síntomas de un problema de alimentación.

Los trastornos de la conducta alimentaria son principalmente el resultado de factores psicológicos. De hecho, una persona que padece un trastorno alimentario tiende a tener una preocupación obsesiva por su peso o, por el contrario, a descuidarlo por completo. Tiene una imagen negativa de su cuerpo, teme más que nada el hecho de engordar más, lo que la lleva a privarse demasiado o, paradójicamente, a compensar su depresión consumiendo más comida de la necesaria.

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Estos comportamientos también están influenciados por factores socioculturales centrados en los ideales de delgadez, las expectativas y los diferentes estándares de la sociedad. La omnipresencia de las redes sociales en la vida cotidiana no facilita las cosas, con las fotos de modelos con barriga plana. También existen ciertos factores biológicos y genéticos. Además del papel decisivo que juega el medio ambiente en el desarrollo de los trastornos alimentarios, resulta que las personas con TA tienen una predisposición genética y hormonal a esta enfermedad.

Sin embargo, en la mayoría de los casos, un trastorno alimentario se desarrolla a menudo como resultado de una dieta que acaba volviéndose obsesiva, junto con una baja autoestima. Para evitar cualquier riesgo, optar por un reequilibrio de alimentos Se recomienda más por los múltiples beneficios que aporta.

Los diferentes tipos de TA (trastornos alimentarios): ¿Qué son?

Los trastornos alimentarios se manifiestan de forma diferente según el caso. De hecho, este comportamiento atípico hacia la comida representa, para quienes la experimentan, una forma tranquilizadora de afrontar sus emociones y sus problemas. El trastorno alimentario no está realmente relacionado con la comida en sí, aunque en algunos casos ocurre como resultado de una pérdida de peso excesiva. En general, el TA se puede dividir en tres categorías distintas:

  • Anorexia;
  • La bulimia ;
  • Comer en exceso.

Sin embargo, existen otros comportamientos atípicos que pueden asociarse con un trastorno alimentario. Menos publicitados, sin embargo, son incomprendidos por todos.

Anorexia

No querer subir de peso es a priori normal. Sin embargo, algunas personas temen esta situación más que nada, hasta el punto de limitar drásticamente su dieta. La anorexia es un trastorno psiquiátrico que hace que pierda peso al limitar la nutrición tanto como sea posible. La persona que la padece piensa que está “demasiado gordo”, aunque no necesariamente.

No confundir con dietas efectivas que apuntan a una simple delgadez constitucional, la anorexia es una enfermedad peligrosa que provoca una consecuente pérdida de peso. En particular, es inducida por una mala imagen de sí mismo, lo que lleva a eliminar a toda costa todas las fuentes de aumento de peso. La anorexia está estrechamente relacionada con la dismorfobia que provoca que incluso una persona delgada sea gorda y, en consecuencia, restrinja su dieta en exceso.

En general, una persona anoréxica de peso normal al inicio de la enfermedad siempre acaba alcanzando un peso muy inferior al promedio, lo que constituye un grave peligro para la salud.

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Bulimia: hacerse vomitar y sus riesgos

La bulimia es un trastorno alimentario común que resulta en una obsesión incontrolable por la comida. Se acompaña de un constante sentimiento de culpa que lleva al enfermo a purgarse posteriormente. De origen psicológico, la bulimia está fuertemente ligada al pensamiento anoréxico o al miedo a engordar. Para purgar su estómago tras un consumo excesivo de alimentos, la persona bulímica recurre a acciones consideradas inapropiadas, en particular:

  • Vómito propio;
  • Práctica excesiva de ejercicio físico;
  • Un ayuno de varios días;
  • El mal uso de laxantes o diuréticos.

Estas prácticas son la expresión de la culpa y el sentimiento de vergüenza que surgen inmediatamente después de la crisis alimentaria de la bulímica.

Comportamiento compulsivo hacia la comida, ¿Qué es?

Caracterizado por un impulso irreprimible de comer, el atracón, también conocido como compulsión alimentaria, es un trastorno alimentario que implica ingerir una gran cantidad de alimentos en un período de tiempo muy corto. A diferencia de la bulimia, que también se manifiesta por crisis de alimentación compulsiva, los atracones no van acompañados de una sensación de autodesprecio y culpa que provoque el vómito inducido.

Por el contrario, la persona que la padece se complace en comer, sin necesariamente tener hambre o mostrar glotonería. De hecho, a los hiperfágicos no necesariamente les gusta comer y pierden por completo el control de su dieta. Esto da como resultado un aumento de peso significativo.

Conducción restrictiva obsesiva

La lista de trastornos alimentarios no es exhaustiva. Algunas enfermedades, que no se incluyen en las tres categorías principales, se denominan trastornos atípicos. Uno de ellos es la conducción restrictiva obsesiva. La persona que padece este TA está, como la anoréxica, constantemente en guardia ante el exceso de calorías, hasta el punto de seguir una dieta estricta para evitar cualquier aumento de peso.

Si, a priori, este trastorno alimentario puede confundirse con la anorexia, se distingue no obstante por la presencia de una dieta mínima. No obstante, la conducción restrictiva obsesiva es peligrosa para la salud debido a los riesgos muy altos de deficiencia de minerales. Para adelgazar sin ponerte en peligro, lo ideal sigue siendo elige el plan de dieta adecuado.

Alimentación selectiva

Conocido por el acrónimo TSA, el trastorno alimentario selectivo se caracteriza por la negativa a ingerir determinados alimentos. A diferencia de la anorexia y la bulimia, que giran en torno a una fijación obsesiva por el peso y la apariencia física, la alimentación selectiva surge simplemente de la falta de voluntad para probar nuevos alimentos debido a de su sabor o textura.

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Por tanto, grupos de alimentos enteros, como frutas y verduras, quedarán excluidos de la dieta de la persona que padece este trastorno selectivo, lo que se traducirá, por tanto, en un riesgo significativo de carencias. Este trastorno puede aparecer a todas las edades y es particularmente común en los niños.

Tratamiento del trastorno alimentario

Al ser una enfermedad, los trastornos alimentarios se benefician de un tratamiento médico adecuado. Debido a los factores psicológicos que causan predominantemente los síntomas, la persona con TA suele ser tratada con terapia cognitivo conductual. Este enfoque terapéutico es eficaz en todos los casos, tanto para el tratamiento de la bulimia como para el de la anorexia, incluidos los trastornos alimentarios atípicos. De lo contrario, el tratamiento de un trastorno alimentario en particular debe tener en cuenta las diversas responsabilidades que han contribuido a su desarrollo. El cuidado se puede realizar de varias formas:

  • Terapia de grupo familiar: la participación de miembros de la familia y parientes en la atención terapéutica puede influir positivamente en la curación;
  • Terapia nutricional: dirigida a educar al paciente sobre las necesidades nutricionales. De esta forma, vuelve a aprender a comer sano y equilibrado;
  • Psicoterapia psicodinámica: una introspección centrada en la mente, descubriendo sus elementos ocultos, puede contribuir a la cura del TA;
  • Farmacoterapia.

¿Cómo luchar contra los impulsos alimentarios?

Antes de que la situación se complique y el trastorno alimentario alcance un cierto nivel de gravedad, es muy posible poner en marcha determinadas prácticas destinadas a combatir los impulsos alimentarios, sea cual sea su origen. Estas reglas se adoptarán como medida preventiva:

  • Adopte un buen ritmo de alimentación;
  • Opte por hábitos nutricionales saludables y equilibrados;
  • Evite las dietas demasiado restrictivas y, por lo tanto, piense detenidamente antes de seguir una dieta sin carbohidratos;
  • Dormir bien ;
  • Libere la presión y relájese: los alimentos ricos en magnesio (chocolate negro, arroz y pan integral, legumbres y oleaginosas) pueden ser de gran ayuda contra el estrés.

¿A quién consultar en caso de trastornos alimentarios?

Los trastornos alimentarios son una enfermedad que es difícil de curar por sí solo. La ayuda y el apoyo de familiares y familiares es fundamental para hacer frente. De lo contrario, es posible acudir a:

  • Un médico generalista: primero para obtener asesoramiento profesional y posiblemente ser derivado a un especialista;
  • Centros médico-psicológicos: los CMP pueden hacerse cargo de los trastornos alimentarios a través de su servicio psiquiátrico. De hecho, es importante consultar a un psicólogo para establecer un diagnóstico y definir el tratamiento adecuado;
  • Grupos de ayuda mutua : GEM y otras asociaciones de usuarios también están disponibles para toda la información sobre el tema.

 

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